Quiero expresar mi
preocupación por la política comercial que el gobierno de la Argentina está
adoptando en relación a ciertos ámbitos de la cultura, como es el caso de los
libros.
Se ha prohibido la
importación de los mismos con el argumento de defender la industria nacional.
A continuación una
explicación detallada de los hechos, que he extraído del sitio
#liberenloslibros
Publicado
el octubre 22, 2011
No soy el
editor de una revista que va a quebrar.
Tampoco
estoy en contra del gobierno, ni estoy 100% a favor.
Algunas
cosas están bien, otras están mal.
El bloqueo
a los libros está mal.
¿Por qué?
Porque no
es una medida que pretenda fomentar la industria nacional. Lo único que
pretende es solucionar un tema de divisas. La persona que está detrás del
bloqueo no acepta ni promueve ningún diálogo para planificar un crecimiento en
la industria gráfica nacional. Lo único que busca es que se exporte. Lo que
sea. Ropa, comida, lo que sea.
¿Pero por
qué?
Porque el
bloqueo es una acción inmediata, con resultados inmediatos. Es el beneficio de
la violencia. Pocas cosas la superan en rapidez.
Un plan
para incentivar la industria gráfica y la industria editorial lleva tiempo, e
implica conocer el mercado editorial.
¿Qué
particularidad tiene el mercado editorial?
Estas son
algunas:
-Que la
importación es algo inherente. No todos los libros tienen un mercado tan grande
como para poder hacer una tirada de 2.000 ejemplares. Muchos libros se traen de
a pocas cantidades por vez, a medida que se van vendiendo. ¿Entonces eso quiere
decir que esos “pocos” libros no importa que falten? No. Los libreros lo saben
muy bien. El grueso de la venta de una librería no es el bestseller. Es el
“catálogo”. Esto es: se venden más libros de a un ejemplar, sumándolos todos,
que lo que venden las novedades del momento.
-Que no es
tan sencillo editar e imprimir un libro acá. Hay cuestiones de derechos y de
contratos que hay que negociar previamente. Además no todas las editoriales
están instaladas en el país.
-Lo mismo
para exportar. Son negociaciones que llevan tiempo y dependen de una capacidad
de industria gráfica competitiva.
-Además no
todos los libros pueden ser exportados. Muchas temáticas son locales y no
interesan en el exterior. Casualmente, hoy en día, estos son los libros que
tienen tiradas más grandes.
¿Pero qué
es esa diferencia entre industria gráfica e industria editorial?
Resumiéndolo
mucho sería así. El autor no escribe un libro. El autor escribe un
“manuscrito”. Es el editor el que lo convierte en un libro. ¿Qué quiere decir
esto? Que lo que se entiende por “libro” es el “manuscrito” más todo el trabajo
que le pone encima el editor: corrección, pertenencia a un catálogo, diseño de
tapas, traducción, etc…
Entonces la
industria gráfica lo que hace es crear un objeto físico, el libro, al que el
editor dotó de carga simbólica. Por supuesto, todo arranca con el manuscrito,
con el autor.
¿Entonces
fomentar el crecimiento de la industria gráfica…?
Ayudaría a
que la industria editorial tenga más herramientas para negociar contratos y
ediciones nacionales. Pero para eso hay que poder imprimir en el país.
¿Y por qué
no se imprime todo acá?
Porque al
ser más barato imprimir afuera la industria gráfica nacional no está tan
desarrollada. Por ejemplo hoy no se pueden imprimir libros de tapa dura, o de
papel ilustración, o de distintos formatos. Se “editan” acá, pero se mandan a
imprimir a otros países.
Falta
papel, faltan máquinas, falta en definitiva un plan que la haga crecer. Que la
haga más competitiva y permita exportar a un precio que los demás países estén
interesados en comprar. Y eso lleva años.
Imprimir en
el país siempre implica grandes tiradas y ya dijimos que no todos los libros
tienen un mercado tan masivo.
¿Y por qué
nadie habla del bloqueo? ¿Por qué lo poco que leí es que era una medida para
fomentar la industria nacional?
Por la
misma arbitrariedad con que se detuvieron todos los libros y no permiten
sacarlos de la aduana. Importar libros es legal y todos los libros retenidos
cumplen con los requisitos y papeles en regla. Y sin embargo no permiten
sacarlos. ¿Amparados en alguna ley? No. Justamente. Cuando alguien tiene el
poder para hacer algo así, tiene el poder para hacer muchas más cosas. Por
ejemplo que nadie hable del tema.
O por
ejemplo permitir que una revista sea liberada porque la movida que se generó en
internet molestaba. Se bloquean a dedo y se liberan a dedo.
¿Pero,
entonces, los editores quieren o no quieren imprimir acá?
Por
supuesto que quieren, y estarían dispuestos a dialogar para armar un plan en
conjunto, que llevará unos años, para que crezca la industria nacional.
Pero
repito, detrás del bloqueo no hay un interés en que se imprima en la Argentina.
Lo único que se busca es nivelar la balanza de las importaciones y
exportaciones. Pretenden que se exporte la misma cantidad de libros que se importan.
Perdón, en realidad no se pretende que se exporten libros, puede ser cualquier
cosa, mientras la relación sea uno a uno.
Para
terminar:
Este texto
está escrito para que entiendan lo complejo de la situación. Es apenas un
acercamiento a un tema que necesita mucho más desarrollo. Lo importante es que
entiendan que el bloqueo a los libros no es nada bueno y no soluciona nada de
fondo. Y que la decisión que esto continúe no está solo en las manos del
gobierno. Hagan circular este escrito. Hagan circular #liberenloslibros.
J.C.
Mardrus
4 comentarios:
Dices "marcianas", pero supongo que ni en Marte le encontrarían el sentido a este despropósito.
Lo llamativo es que si lo mismo da libros que zapatos, que frigoríficos, que manzanas... ¿por qué precisamente libros?
Visto desde fuera, parece de novela surrealista.
besos
¿Será que los libros son peligrosos? ^^
Será que es conveniente que sólo leamos autores nacionales porque los "bárbaros" pueden mostrarnos que hay otro mundo afuera?^^
Qué mal me huele todo esto...
Se avecinan tiempos de oscurantismo. Bah! ya estamos viviéndolos.
Un abrazo, rain.
No puedo creer lo que leo. Cualquier bloqueo a la cultura, independientemente de su formato y procedencia es un retraso y un atentado contra la libertad.
Me quedo sin palabras, como los libros raptados.
Así es, Sergio. Ya llevamos casi dos meses de bloqueo y nada indica, por el momento, que la situación vaya a cambiar.
Las editoriales y distribuidoras están "amenazadas" por el gobierno para que no hablen del tema con la prensa, para que no brinden información. La amenaza consiste en mandarles la AFIP (ente recaudador de impuestos) a sus casas y a las de sus familiares cercanos.
Así estamos por aquí.
Cariños
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